jueves, 28 de enero de 2010

ANGLIRU 7/09/2008

Saludos compañeros:
Hoy picados por la curiosidad y tras una conversación con Picatuelo hemos decidido subir el MÍTICO ANGLIRU.
Este puerto es algo fuera de lo común y creo que por mucho que me empeñase no lo definiría mejor que como lo hacen en la web del Angliru, así que os transcribiré parte de su contenido.
Se han escrito páginas y páginas acerca del Angliru y de todo lo que en él ha sucedido desde que la familia ciclista descubrió las pendientes que conducen al cielo. Desde siempre L´Angliru estuvo destinado a ser algo grande, lo único que faltaba era encontrar el momento apropiado para que todas las miradas se volviesen hacia él y descubriesen su personalidad. En el año 99, con la llegada de la Vuelta Ciclista a España, L´Angliru se convirtió en el coloso asturiano que consiguió que ciclistas consagrados en mil carreras echaran el pie a tierra. Desde ese momento se reinventaron unas cuantas metáforas. Lo que hasta la fecha se conocía como la subida a La Gamonal pasó a llamarse “L´Angliru, el Olimpo del Ciclismo”.

La Cueña Les Cabres, Cobayos y otros nombres habituales en la toponimia local pasaron a “formar parte de la leyenda del ciclismo nacional e internacional”, e incluso hubo quien situó el infierno a ras de asfalto.
En L´Angliru se hace posible el más difícil todavía. Las piernas y la mente entablan una batalla tan épica como la inclinación de la cuesta a la que se enfrentan. El 23,5% de pendiente de la Cueña Les Cabres rompe las piernas y pone a prueba la fortaleza mental del escalador más consagrado.

Aquí la palabra sufrimiento se hace cuerpo pero exige el alma. Como escribió Manuel Rivas: “Dios es humano, pero el ciclismo es inhumano. Desafía los límites del esfuerzo físico. Y exige una doma continua, sin la menor concesión, del propio cuerpo”. Está claro que en L´Angliru Dios mostró su peor cara. 1570 metros, 1255 metros de desnivel, una pendiente máxima de 23,5% y una longitud de 12,5 kilómetros. Esta es la realidad hecha cifras.
Pero no sería justo hablar del Angliru y mencionar sólo las gestas ciclistas. Otros muchos deportistas han encontrado en la Sierra del Aramo un campo de entrenamiento a cielo abierto que combina a la perfección el nivel de esfuerzo con la belleza propia de un Paisaje Protegido. Senderismo, escalada, travesías con esquís y otros deportes de montaña han encontrado el escenario perfecto en L´Angliru.

Cinceladas a golpe de aire y agua las laderas del Aramo han sabido esperar serenas su momento y lo han encontrado de la manera más elegante posible: simplemente estando. Así son las cosas de los dioses, una aventura para los humanos que un buen día descubren que tienen el paraíso al alcance de su mano.
Al final nos quedamos a falta de 1 Km para coronarlo y es que tal era el frío al entrar en las nubes y tan poca la visibilidad que preferimos dejarlo para otro día..

Así que para completar la jornada nos fuimos a visitar el Embalse de los Alfilorios.
Para que os hagáis una composición de lugar deciros que en la foto sobre estas lineas en su parte derecha la montaña que no se ve por las nubes es donde se encuentra el Angliru
El embalse de los Alfilorios, alimentado por el río de la Barrea, está situado en el concejo de Morcín, entre las parroquias de La Piñera y Peñerudes.

La obra se realizó con la finalidad de abastecer de agua a la ciudad de Oviedo y otros pueblos. Los primeros trabajos comenzaron entre los años 68-69 y, después de una interrupción, se reanudaron en el 73-74. Se terminó en 1983.

Tiene una superficie de 517.000 metros cuadrados, su capacidad es de 9,4 hectómetros cúbicos, la longitud de coronación es de 176 m, el ancho de coronación es de 8,67 m, y su profundidad es de 66 m.
Como podéis ver la SR lo aguanta todo incluso el Angliru y con dos pasajeros ;)

Bueno espero que os guste la crónica y os envío unas ráfagas desde la tierra de las montañas...

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